La realización de los Análisis de Ciclo de Vida y la implantación de estrategias Net Zero Carbon son aspectos esenciales para las políticas ESG de una empresa y están alineados con el New Green Deal y con los objetivos de Building Life, que, además de fijar la meta de la transformación progresiva del sector para alcanzar la completa descarbonización de la edificación en 2050, define ocho hitos principales para guiar al sector, a los inversores y a la ciudadanía en general a orientar sus acciones y hacerlas más eficientes:
- Incluir límites al carbono del ciclo de vida. Implica la realización de cálculos para medir la huella de carbono en todas las fases de la vida del edificio.
- Implementar los estándares mínimos de comportamiento energético.
- Acelerar las intervenciones de rehabilitación energética en el parque construido.
- Maximizar la implantación de energías renovables en los edificios o entorno cercano.
- Terminar con el uso de combustibles fósiles en los edificios.
- Alcanzar la descarbonización de los materiales y productos de construcción.
- Revalorizar los residuos de construcción.
- Reorientar la financiación pública y privada a la edificación sostenible.
La evaluación del ciclo de vida (Life-Cycle Assessment) es la herramienta que permite obtener una fotografía actual del impacto que genera un edificio, tanto en fase de construcción, como de operación y desmantelamiento, sobre el medio ambiente. Los elementos clave de estos informes son la identificación de todas las cargas (consumo energético y materias primas consumidas, emisiones y residuos generados), la evaluación de los impactos medioambientales potenciales que generan y el diseño de estrategias para reducir estos impactos.
Es habitual que con la aplicación de estrategias Net Zero Carbon se obtengan soluciones que permitan reducir la huella de carbono de los edificios entre el 30% y el 60% respecto al estándar de construcción habitual. Las estrategias se deben adaptar a cada fase del ciclo de vida: en construcción destacan las medidas sobre el uso de materiales de bajo carbono embebido y reutilizables, lo que facilita la economía circular en la fase de desmantelamiento; y en la fase de operación destacan las estrategias de eficiencia energética para reducir los consumos y las encaminadas a favorecer la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a través de la producción de energías renovables.
Entre las medidas más habituales que nuestros especialistas suelen destacar en el desarrollo de los proyectos nos encontramos con:
- La implementación de sistemas de monitorización, control de consumos y gestión de las instalaciones del edificio. Una estrategia especialmente enfocada a reducir el consumo de energía en fase de operaciones y que supone habitualmente entre 5% y un 25% de reducción respecto a los estándares del mercado.
- La selección de materiales con información sobre su impacto ambiental (Declaraciones Ambientales de Producto). Esta estrategia, centrada en la reducción de la huella de carbono en fase de construcción, supone habitualmente entre un 5% y un 15% de mejora.
- Instalaciones de alta eficiencia en iluminación, climatización y producción de agua caliente sanitaria, que aportan reducciones de entre un 10% y un 40% en los consumos.
- Generación de energías renovables in-situ, una estrategia especialmente enfocada a reducir el consumo de energía no renovable en fase de operaciones y supone entre un 15% y un 45% de reducción en edificación residencial colectiva y de oficinas, y hasta un 100% en edificios industriales y logísticos.
- Uso de materiales bajos en carbono, que permiten mejorar entre el 20% y el 45% del impacto en emisión de CO2 embebido.
- Estrategias de diseño basadas en economía circular, enfocadas a minimizar el impacto en fases de construcción y desmantelamiento del edificio, con el objeto de que la huella de carbono a compensar con otras medidas complementarias sea mínima.
En el contexto actual es fundamental que cualquier desarrollador o promotor se comprometa activamente con las políticas globales diseñadas para alcanzar la neutralidad de carbono, buscando el mejor asesoramiento técnico posible en materia de Net Zero Carbon asi como en la implantación de políticas específicas que persiguen el objetivo de la neutralidad de carbono en toda su cadena de valor.