Estamos ante la migración de elementos planos a elementos inteligentes, casi reales, que nos permiten la ejecución virtual de un proyecto previo a estar en sitio, permitiendo tomar decisiones a priori en conjunto con nuestros clientes, en el momento donde existe un menor riesgo e impacto económico.
El éxito de una implementación BIM radica en la comunicación, tanto entre el equipo de diseño como con nuestros clientes. Es entender qué si al proyecto “le va bien”, todos los actores de la cadena de valor también se verán beneficiados al ser una metodología aún más colaborativa de desarrollo y ejecución de proyectos; ya que reduce el flujo de trabajo, tiempo de procesos en diseño y campo, mejora la comunicación entre equipos, reduciendo significativamente los requerimientos de información y adicionales en obra, se obtiene un cronograma más acertado y mayor coordinación en el desarrollo del proyecto, otorgándonos ante el cliente un valor agregado.
En el día a día del trabajo en WSP, hemos podido ver como los sectores de infraestructura, energía y edificaciones se han beneficiado de esta metodología, con interacciones cada vez más usuales entre los equipos. Buscando siempre innovar en la manera como presentamos los proyectos a nuestros clientes.