"Trabajar en este proyecto global y de colaboración es, sencillamente, una experiencia única", afirma Andrés Navarro, director de proyectos de WSP para este esfuerzo de mil millones de dólares. "Fuimos elegidos para formar parte de una iniciativa que marcará a una generación de ingenieros, astrónomos y otros científicos". El Telescopio Gigante de Magallanes está siendo desarrollado por un consorcio de universidades e instituciones de Estados Unidos, Corea del Sur, Brasil y Australia. El equipo de WSP también está muy repartido WSP es responsable de muchas funciones, como la gestión de la construcción, la inspección técnica, las revisiones de ingeniería y constructibilidad, y los servicios de apoyo en materia de salud, seguridad y medioambiente.

Cuando esté operativo a finales de la década de 2020, el Telescopio Gigante de Magallanes será uno de los más grandes jamás diseñados. Sus siete espejos de 8,4 m formarán una única superficie óptica de 24,5 m de diámetro, cada uno de ellos pulido hasta una longitud de onda de luz, aproximadamente una millonésima de pulgada. Con una superficie total de captación de 368 m2, podrá recoger la luz más débil de los confines del universo conocido.

El telescopio se alojará en un edificio giratorio de acero de 60 m de diámetro y 65 m de altura, con un peso aproximado de 4.200 toneladas. El edificio funcionará como un escenario para los espejos gigantes, capaz de desaparecer durante las observaciones nocturnas y girar 360 grados en casi tres minutos. "Esto lo transforma en un mecanismo móvil que requiere un nivel muy alto de precisión en su fabricación y montaje, lo que significa que el proceso de construcción es extremadamente exigente", afirma Navarro. "Los requisitos de calidad de este proyecto son únicos". Dado que Chile es uno de los países más sísmicos del mundo, el muelle del telescopio requería un sistema de aislamiento sísmico, y hubo que prestar especial atención a las especificaciones del hormigón. La flexibilidad en la construcción será vital, sobre todo porque la tecnología del telescopio aún está en fase de desarrollo" concluyó Navarro.

La ubicación de este proyecto es tan singular como su construcción. El desierto de Atacama, a 630 km al norte de Santiago, es uno de los lugares más altos y secos de la Tierra, lo que lo convierte en un sitio astronómico ideal. El Telescopio Gigante de Magallanes se está construyendo en el Pico Las Campanas, que tiene una altitud de más de 2.550 m, y ofrece condiciones de visión claras a través de la atmósfera terrestre durante más de 300 noches al año.

El remoto promontorio desértico del telescopio ha planteado muchos retos a Navarro y su equipo, entre ellos la coordinación de la retirada de 13 mil toneladas métricas de roca del emplazamiento. Navarro actúa como representante del cliente in situ y también es responsable de la gestión de los distintos contratistas y de verificar el cumplimiento de las normas de seguridad y calidad. La tecnología avanzada ha sido fundamental para el trabajo diario en la obra, afirma. "Hemos implantado un sistema de información de gestión basado en ProjectSolve SharePoint, que almacena toda la información del proyecto y es utilizado continuamente por nuestro cliente. Otras tecnologías, como los drones y las cámaras de lapso de tiempo, también se han utilizado con regularidad."

Uno de los revolucionarios instrumentos científicos del Telescopio Gigante Magallanes, denominado Gran Buscador de Tierras, ha sido optimizado para detectar la presencia de exoplanetas similares a la Tierra que orbiten estrellas similares al Sol en las profundidades del universo. Una vez localizados, el instrumento analizará la composición química de sus atmósferas por primera vez en la historia. Si hay vida ahí fuera, puede que lo descubramos antes de lo que se piensa. Como le gusta decir al equipo del Telescopio Gigante Magallanes: "El Universo espera".