Sin lugar a duda el cambio climático es innegable y ha impuesto una serie de riesgos y desafíos a la gestión de los proyectos y las operaciones mineras y en particular al manejo hídrico y de los sitios abandonados de las compañías mineras.

Tanto el abastecimiento, gestión y manejo de recursos hídrico, así como el desempeño de la infraestructura asociada de las compañías mineras están bajo una creciente presión por las fluctuaciones presentes y futuras de la disponibilidad del agua.

A esto debemos agregar que el diseño y la construcción de la infraestructura necesaria para enfrentar los impactos del cambio climático no es sencillo, y requiere tomar decisiones en condiciones de incertidumbre y la realización de análisis detallado de costo-beneficio.

Por ello es recomendable enfrentar estos desafíos con un enfoque holístico, es decir, combinar competencias técnicas y de ingeniería, estatutos legales, compromisos ambientales, relacionamiento con partes interesadas, capacidad de análisis del impacto medioambiental y socioeconómico, innovación y, lo que es más importante, un foco para enfrentar con éxito los desafíos del clima a futuro.

Como parte de este análisis, resulta clave definir y priorizar las medidas de corto, mediano y largo plazo.

En general el proceso de revisión de la capacidad de adaptación de la organización y la evaluación de riesgos deben incluir:

1. Evaluación y recopilación de datos

2.  Identificación y Evaluación de riesgos

3. Desarrollo (actualización) de criterios de diseño

4.  Desarrollar medidas de mitigación

5. Seguimiento y actualización de la implementación de las medidas y el camino a seguir 

En este proceso específico, para enfrentar esta parte del cambio climático, la recopilación, almacenamiento y análisis de datos hidrométricos es el punto de partida. Se trata de parámetros clave en la planificación, dimensionamiento, regulación y la previsión de cambios futuros significativos. Las operaciones mineras en su mayoría pueden acceder a información histórica (incluso de los últimos 100 años), complementada con la información recolectada durante la operación.

Una sólida evaluación de riesgos ofrece una primera visión de lo necesario para manejar situaciones de crisis, como las sequías o inundaciones. El aporte de los datos en términos de patrones de eventos climáticos extremos es clave.

Desde el punto de vista hidrológico, uno de los más importantes análisis que las operaciones mineras deben desarrollar es el efecto que el cambio climático tendrá sobre las precipitaciones máximas y su efecto sobre la infraestructura minera para eventos de crecidas en periodos de retorno de 20, 100 y 200 años, incluyendo modelación hidráulica de inundaciones. Estos hitos impactan fuertemente instalaciones como tranques de relaves y escombreras.

Asimismo, es imperativo integrar las proyecciones de cambio climático en el modelo de balance de aguas de la operación completa e integrar estos conocimientos a los procesos de toma de decisiones.

Es hasta cierto punto comprensible que el cambio climático produzca algún nivel de inacción, debido al alto grado de incertidumbre de los datos disponibles y al potencial aumento de los costes de capital necesarios para diseñar y construir infraestructuras capaces de afrontar estos cambios, esto genera muchas veces incertidumbre y el deseo de reevaluar opciones frente a distintos escenarios. Otro factor que impacta en esta situación es la falta de normativa que obligue a los municipios y otras entidades gubernamentales, a demostrar claramente que están abordando el cambio climático.

Sin embargo, en WSP Golder tenemos la capacidad y realizamos estudios que pueden dar luces a nuestros clientes sobre cuáles son los puntos críticos para sus operaciones y las acciones prioritarias que permitan enfrentar y adaptarse al cambio climático. Entre ellos destacan: el análisis de tendencias climáticas para el sitio, selección de modelos de cambio climático, downscaling estadístico, análisis de precipitaciones máximas de 24, 48 y 72 horas, modelación hidráulica de crecidas, proyecciones de disponibilidad hídrica para la zona de estudio, integrando cambios en clima, tecnología y demanda.

Asimismo, es posible integrar estos datos a la evaluación de la estabilidad física de los depósitos de relaves bajo condiciones de cambio climático, estimando posibles cambios sobre la precipitación, temperatura y evapotranspiración; haciendo evaluaciones de la capacidad de porteo de los sistemas de descarga de emergencia, entre otros.

Asimismo, dada la legislación vigente y la importancia del legado de sus operaciones, es necesario cada vez más que las compañías mineras actualicen sus estimaciones para incluirlas en el plan y la ejecución del cierre de sus operaciones, donde es necesario  ajustar la estimación de la línea de base meteorológica, completar un análisis de tendencias climáticas para el sitio, estudios de cambios en la recarga, reanálisis y análisis de precipitaciones máximas y máxima probable incluso para fines de siglo.

Evaluar alternativas de manejo de aguas para planes de cierre, incluyendo niveles en Pit Lake, así como diseño de plantas de tratamiento de aguas ácidas y potenciales impactos, son elementos que forman parte del análisis de las consecuencias del cambio climático en la operación y cierre de faenas mineras.

Las infraestructuras que diseñamos y construimos hoy muy probablemente seguirán en servicio dentro de 100 años. Las empresas mineras están obligadas a sopesar e incluir los efectos del cambio climático en sus diseños actuales y futuros. No es posible evitar este tipo de análisis.

Las compañías mineras cuentan con información valiosa para mejorar su resistencia al clima con infraestructuras específicamente diseñadas para estos cambios futuros y de esta manera garantizar su contribución a la sociedad de manera estable y segura.