Actualmente en el mundo la población indígena cuenta con más de 370 millones de personas distribuidas en unos 70 países, poseedores de una diversidad y riqueza cultural. Estos grupos se enfrentan a muchos retos ante el crecimiento y desarrollo de las ciudades y otras actividades económicas. Hay que recordar que muchos de ellos han enfrentado procesos históricos de ocupación, algunos marcados por la violencia, que incluyen la expulsión de sus territorios y el no reconocimiento de sus propias historias, lenguas, costumbres y creencias.
Un hito importante en la garantía de los derechos de los pueblos indígenas ocurrió el 29 de julio de 2006, cuando el Consejo de Derechos Humanos aprobó el texto de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Fue después de la publicación de esta declaración que los pueblos indígenas comenzaron a tener más progresos en sus reivindicaciones.
Los principales retos a los que se enfrentan los pueblos indígenas con los proyectos
Hoy en día, los pueblos indígenas del continente se enfrentan a diversos retos, desde la falta de políticas públicas adecuadas y no reconocimiento de sus territorios, hasta la explotación ilegal de recursos naturales en sus comunidades y falta de acceso a servicios de salud y educación.
Frente a estos escenarios desafiantes, cuando necesitamos construir proyectos con los pueblos indígenas, surgen muchas demandas de derechos básicos que deben ser garantizados por el Estado, lo que aumenta enormemente el desafío de definir las acciones a desarrollar.
Muchos pueblos indígenas tienen prácticas de caza y recolección de recursos naturales que siempre han estado presentes en sus territorios, así como prácticas culturales integradas en el territorio y el medioambiente. Cuando estos territorios comienzan a sufrir la deforestación para el desarrollo de industrias y grandes ciudades, los recursos se vuelven más escasos, lo que obliga a los pueblos indígenas a reorganizar sus formas de interactuar en los territorios.
Estos tiempos diferentes de cada pueblo en estas interacciones con otras formas de vida representan un reto importante para el desarrollo de proyectos - como en el caso de la gestión productiva, ya sea agrícola o ganadera, muchos de ellos procedentes de fuera de sus culturas.
La diversidad cultural y los diferentes tiempos de contacto con las sociedades no indígenas también representan un gran desafío en la ejecución de proyectos, dadas las diversas comprensiones de los procesos que implican la discusión de las acciones, desde las barreras lingüísticas hasta las diferentes concepciones del mundo.
Muchas personas indígenas no dominan la lengua oficial de sus países y la gran mayoría tiene dificultades para entender los numerosos trámites burocráticos que implica la sociedad no indígena, lo que suele prolongar los tiempos de resolución de los asuntos importantes.
Metodología y herramientas para acercarse a estos pueblos
La principal herramienta es entender las normas de cada pueblo en el proceso de consulta sobre los impactos de las empresas y los proyectos que se construirán como mitigación y compensación.
Las metodologías participativas son fundamentales para garantizar una correcta comprensión de los entendimientos, preocupaciones y demandas de los diferentes pueblos.
La búsqueda de alianzas con instituciones y profesionales indígenas que ya conocen y tienen una relación de confianza con los pueblos también ha resultado fundamental para que el trabajo se impulse adecuadamente. Ya que son pueblos muy diferenciados, que muchas veces no pueden comunicarse profundamente en el idioma oficial y son extremadamente recelosos cuando necesitan interactuar con nuevos agentes sociales, como nosotros del equipo consultor, ya que muchos de ellos ya han pasado por procesos de conflicto con personas no indígenas.
Principales lecciones aprendidas:
- Respetar las diferencias culturales y desarrollar el proceso con la máxima transparencia y sinceridad respecto de las limitaciones de nuestras acciones.
- Realizar una buena articulación con el organismo indígena del país para mantenerse dentro de las normas y preceptos legales y técnicos establecidos.
Finalmente es importante tener claro qué hacer y qué evitar:
- No imponer nuestra forma de pensar y hacer las cosas, respetando las diferentes formas de organizarse y pensar de los pueblos indígenas.
- No asumir un papel de responsabilidad en procesos muy conflictivos que no son responsabilidad de la consultoría, sino del Estado.