Entre 2018 y 2020, las inversiones socialmente responsables, aquellas que tienen en cuenta los factores de riesgo ESG -ambientales, sociales y de gobernanza, por sus siglas en inglés-, crecieron un 34% a nivel global. En España, entre 2015 y 2017, lo hicieron un 10%. David Llamas, director de Seguridad y Sostenibilidad de WSP Spain, desgrana estos datos para concluir que el valor comercial de una empresa, sus activos y su capacidad de financiación se ven reforzados cuando integran en su ADN políticas de sostenibilidad.
Los proyectos empresariales que optan por definir e implementar una estrategia de sostenibilidad en la que haya un claro compromiso por minimizar el impacto ambiental y maximizar el impacto positivo en la sociedad, logran un mayor control de sus riesgos, un mejor posicionamiento dentro de su sector, una ventaja competitiva con respecto a sus competidores y también un acceso más fácil, con condiciones más ventajosas, a financiación externa, afirma David Llamas.
Convertir los factores de riesgo ESG en oportunidades
"Las estrategias de sostenibilidad", detalla David Llamas, "obedecen a un mandato de conciencia medioambiental y responsabilidad ética, pero también de rentabilidad económica. El objetivo principal es convertir estos riesgos en oportunidades e identificar el potencial de los factores ESG en las inversiones".
Los factores ambientales definen la contribución de un negocio a los actuales desafíos que plantea el cambio climático como son la generación y tratamiento de los residuos, la contaminación, las emisiones de gases de efecto invernadero, la eficiencia energética o el impulso de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, entre otros.
Por su parte, los criterios sociales reflejan cómo una empresa gestiona su capital humano, cuáles son sus condiciones laborales, de seguridad y salud, si existe igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, brecha salarial o se fomentan políticas activas para la incorporación de minorías.
Por último, la gobernanza examina cuál es el modelo de gestión o cultura organizativa, qué remuneración recibe el personal directivo, qué prácticas y estrategias fiscales se realizan, la importancia de la responsabilidad social corporativa, cómo se trabaja contra la corrupción o cómo de diversa es la estructura del consejo de administración.
WSP Spain juega un papel clave en el desarrollo y gestión de activos sostenibles y responsables en todo el mundo, asesorando desde hace años a compañías punteras de diferentes sectores. Con capacidades técnicas sobresalientes y experiencia en todas las clases de activos, el equipo multidisciplinar de profesionales del área de Seguridad y Sostenibilidad diseña planes transversales que integran la realización de cambios organizativos, el desarrollo de prácticas de gestión y la mejora de la implementación de la tecnología.
Junto a la transversalidad, la personalización es otro de los elementos claves en una estrategia de sostenibilidad. Para ello es imprescindible que el proceso sea como un traje a medida para cada empresa con las acciones adecuadas en el momento adecuado y con el coste adecuado.
Tras reconocer las necesidades de cada cliente, investigar sus factores de riesgo ESG y estudiar a fondo a su competencia, se desarrolla una estrategia de sostenibilidad que, además, contendrá un documento con especificaciones de tipo técnico, una estimación de costes y un plan de implementación con los indicadores clave de rendimiento. Del grado de avance y cumplimiento de éstos, dependerá el éxito del planteamiento que tiene que ser monitorizado y revisado continuamente.
Rankings y certificados, un aval externo a las políticas de sostenibilidad
Este seguimiento interno necesita el complemento de un aval externo que contraste los progresos constantes en materia de sostenibilidad dentro de las compañías. En este sentido, los índices y certificados actúan como marco de referencia mundial y son fuente de información para grandes fondos de inversión e inversores privados.
Entre los más destacados figura el GRESB (Global Real Estate Sustainability Benchmark), que mide anualmente, con datos estandarizados y comparables al mercado de capitales, el desempeño en ESG de 500 empresas del sector inmobiliario de más de 57 países.
Otro de los más importantes es el scoring mundial de Carbon Disclosure Project (CDP), que ordena a las empresas según los dos criterios básicos que contribuyen a reducir el calentamiento global: las emisiones de CO2 a la atmósfera y la gestión responsable del agua.
Por último, destaca la certificación WELL, un sistema de puntuación dinámico para edificios y comunidades que permite identificar, medir y monitorizar las características de los espacios construidos que impactan en la salud y el bienestar de los ocupantes.
Compromiso de WSP con la sostenibilidad y la economía Net Zero Carbon
"Somos Global Partner, tanto del índice GRESB como de la certificación WELL, y hemos ayudado a fijar los criterios y puntuaciones para el ranking de CDP. De hecho, nuestro conocimiento y compromiso con las políticas de sostenibilidad nos llevaron en 2009 a lanzar un programa global propio de acreditación de huella de carbono en aeropuertos al que se han adherido más de 275 aeródromos de todo el mundo, entre ellos los ocho más grandes de España", subraya el responsable de Seguridad y Sostenibilidad de WSP Spain.
Como no podía ser de otra manera, la apuesta de WSP por la sostenibilidad también se refleja en su política interna, lo que le ha valido reconocimientos como el de la revista World Finance como la empresa más sostenible de la industria de la ingeniería en 2019 y 2020; el premio Liderazgo Climático 2020 por la excelencia en la gestión de los gases de efecto invernadero o el galardón Global Good Company of the Year, recibiendo el galardón de oro por el programa Future Ready® y de Carbono Neutral.
Además, se sitúa a la vanguardia en su sector ocupando el puesto once a nivel mundial en el índice de CDP y en breve reportará sus resultados en materia de ESG para obtener la certificación WELL.
Otro de los desafíos más inmediatos está en formar parte de la iniciativa Science Based Targets (SBTi) -impulsada por CDP, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF)- en la que empresas de todo el mundo y de todos los sectores se implican para establecer objetivos de reducción de emisiones basados en la ciencia y saber así cuánto y con qué rapidez deben reducir sus emisiones para prevenir los peores impactos del cambio climático.
La transición hacia una economía Net Zero Carbon ha comenzado y, por tanto, la sostenibilidad ha dejado de ser opcional. Todo lo contrario, es una tarea ineludible que todos los sectores deben abordar si quieren cuidar el planeta y hasta su propia supervivencia en el mercado. Ser sostenibles supone ser socialmente responsables, pero también competitivos.