En este potente equipo, cada socio tiene un papel relevante. WSP aportará, además de su larga trayectoria de colaboración con ADIF, su filosofía innovadora y dilatada experiencia en el diseño de importantes estaciones intermodales por todo el mundo. ‘Hubs’ caracterizados por sus diseños inteligentes y sostenibles como el Salesforce Transit Center de San Francisco, que albergará once sistemas de transporte distintos bajo un mismo techo; la remodelación de London Bridge Station, que recibe 54 millones de pasajeros al año; y la mejora de Stockholm Central Station, que articula todo el transporte de larga distancia y de cercanías que discurre por el corazón de la capital sueca.
Saitec Engineering, que al igual que WSP Spain cuenta con una larga relación de trabajos realizados para Adif, dotará al proyecto de un alto grado de especialización en el diseño funcional de estaciones e intercambiadores en España, no en vano ha participado activamente en el desarrollo de infraestructuras similares para el AVE, así como para diferentes sistemas urbanos de transporte como los metros de Bilbao, Barcelona y San Sebastián, el Metrotrén de Gijón, la red de Cercanías de Barcelona o la Red Ferroviaria Vasca (ETS).
Entre los arquitectos del equipo destaca la presencia del premiado Eduardo Souto de Moura. Su trabajo fue reconocido en 2011 con el Premio Pritzker, el galardón de mayor prestigio en el mundo de la arquitectura. Souto de Moura diseña edificios pensando siempre en su integración en el entorno, busca la simplicidad y destaca por su exquisito uso de los materiales. El arquitecto portugués ha liderado más de 60 proyectos en Europa, entre ellos el metro de Oporto -utilizado cada día por medio millón de personas-, el Mercado Municipal de Braga, el Museo de Arte Contemporáneo de Braganza o la reforma del Monasterio de Santa María do Bouro.
Eduardo Souto de Moura aportará al diseño de la nueva estación de Chamartín la experiencia y la sabiduría de sus más de cuatro décadas de trayectoria, marcadas por la atención al lugar, la claridad compositiva, la voluntad constructiva, el trabajo con la memoria y la vocación de servicio. En su nómina de reconocimientos figuran también el Wolf Prize en 2013, el Premio Piranesi en 2017 o el León de Oro de la Bienal de Venecia en 2018.
El arquitecto navarro Francisco Mangado suma al grupo su permanente inquietud por acercar la arquitectura a la ciudadanía como elemento que condiciona nuestra vida en sociedad. El Museo de Bellas Artes en Oviedo, el Palacio de Congresos de Palma de Mallorca, la plaza Pey Berland en Burdeos, la Plaza de Dalí en Madrid y el Baluarte, Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra llevan su firma. A lo largo de sus más de treinta años de profesión ha recibido numerosos premios y reconocimientos. Entre ellos, el Premio de Arte 2017 de la Academia de las Artes de Berlín en la categoría de Arquitectura; el Premio Thiene de Arquitectura (1993) y el Premio RIBA (2016). Mangado huye de la “arquitectura espectáculo” y defiende aquella con sentido, contexto y significado.
El tridente arquitectónico lo completa José María Ezquiaga, reconocido como uno de los urbanistas más destacados de España y ganador del Premio Nacional de Urbanismo 2005 y el Premio Europeo Gubbio 2006. Ezquiaga ha sido codirector del Proyecto Madrid Centro y de la ampliación del Paseo de la Castellana, lo que aportará al equipo una visión privilegiada del lugar que debe ocupar la nueva Chamartín en el desarrollo de Madrid Nuevo Norte y una profunda comprensión de la relación de este macroproyecto de regeneración urbana con el resto de la capital.
Ezquiaga ha participado en planes de ordenación urbana tanto en España (Córdoba, Menorca o Logroño, entre ellos) como en el resto del mundo, entre los que destacan la revitalización del centro de Managua, abandonado tras el terremoto de 1972, el de Bogotá y el Plan de Gestión del Patrimonio Mundial UNESCO de Panamá. Sus trabajos son el fruto de un marcado interés por la investigación sobre el proceso de creación del paisaje contemporáneo: “Hay que generar -sostiene el arquitecto urbanista- barrios complejos, vibrantes y vivos, buscando el equilibrio entre las funciones básicas y la vivienda, y todo ello en un entorno de movilidad peatonal”.
Las filosofías complementarias de estos cinco aliados, su experiencia internacional y su visión de futuro serán las señas de identidad del proyecto que competirá en la segunda mitad de 2021 por transformar la estación de Chamartín, construida en 1975, en un ‘hub’ intermodal a la altura de las nuevas necesidades de movilidad, en un referente en materia de sostenibilidad y en un nuevo icono arquitectónico para Madrid.