WSP Spain ha asistido al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en el proyecto de mejora de la EDAR de Gijón Oeste, situada en La Reguerona. La modernización de esta infraestructura, declarada de Interés General del Estado, ha permitido a la depuradora cumplir con las condiciones de vertido a ‘zona normal’ exigidas por la Directiva Marco del Agua, beneficiando a una aglomeración urbana de más de 150.000 habitantes equivalentes.
Durante la ejecución de los trabajos, la planta ha mantenido su funcionamiento ininterrumpido, lo que ha requerido una planificación meticulosa para asegurar el rendimiento continuo de las instalaciones. En la primera fase, se ha demolido el tanque de tormentas existente para construir uno nuevo y un tratamiento terciario. Durante este periodo, todo by-pass del caudal de llegada se ha gestionado mediante un aliviadero hacia la obra de salida.
Otras actuaciones destacadas han incluido la demolición y retirada de las instalaciones de secado térmico en desuso, para dar lugar a nuevos espesadores de fangos. Se ha construido un edificio que alberga los reactivos de las nuevas instalaciones y el tamizado de fangos previo a su espesamiento, además de remodelar la sala de cuadros eléctricos para las nuevas instalaciones. La primera de las dos torres de desodorización se ha reconvertido en biofiltro percolador para minimizar los gastos de desodorización. También se han remodelado las instalaciones de pretratamiento, actuando sobre el tamizado de sólidos, los desarenadores y el sistema de desodorización.
En fases posteriores, se han actualizado los reactores biológicos y dos de los decantadores secundarios para adaptarlos al nuevo tratamiento biológico MBBR (Moving Bed Biofilm Reactor), una tecnología que mejora la eficiencia del tratamiento al aumentar las concentraciones de biomasa en el reactor. Además, se han instalado soplantes con tecnología de levitación magnética, un tratamiento terciario con cámara de mezcla, microfiltración y desinfección mediante rayos UV. Estas mejoras, junto con la optimización de los procesos de tamizado, espesado, deshidratación y almacenamiento de fangos, han elevado la calidad del tratamiento de aguas residuales a los parámetros exigidos por las nuevas normativas europeas antes de su vertido al mar Cantábrico mediante el emisario submarino de Aboño.