La Due Diligence de Desactivación es un proceso que verifica la seguridad y salud ambiental en el interior de un edificio, toda vez que la actividad que se ejercía en el mismo ha cesado por alguna razón empresarial como, por ejemplo, una venta, fusión, transformación del negocio, traslado de sede o cese de actividad. Su objetivo fundamental es identificar y eliminar los riesgos medioambientales de los diferentes procesos internos llevados a cabo dentro del activo, para que éstos no se conviertan en una deuda o pasivo medioambiental.
David Llamas, director de Safety & Sustainability de WSP Spain, define pasivo medioambiental como “aquellas externalidades de tipo negativo que puede generar una actividad productiva, incluso después de haber sido desmantelada. Pueden traducirse en afectaciones a la salud de las personas o en la contaminación y degradación progresiva de recursos naturales como el agua, el suelo, el aire o los ecosistemas debido a la existencia de substancias contaminantes en concentraciones superiores a los límites legales”.
Recuperar o revertir un pasivo medioambiental es complejo y costoso, por lo que planear una adecuada desactivación facilitará posteriores operaciones de compraventa o fusiones. En este sentido, Llamas explica que los grandes inversores se ven cada vez más inclinados a apostar por activos medioambientalmente responsables con un marcado acento en sus políticas de sostenibilidad.
El valor de la Due Diligence de Desactivación reside precisamente en analizar minuciosamente el ciclo de vida de cada proceso, identificando y dando solución a los impactos en el medio ambiente que el abandono de la actividad pudiera causar a medio y largo plazo.
Por otra parte, además del aspecto medioambiental, a través de una auditoría de estas características se da cuenta de la desactivación de todos los permisos, certificaciones o autorizaciones que se deben dar de baja o suspender.
David Llamas destaca que se trata de un servicio altamente especializado, con un gran protagonismo de las acciones in situ. Una Due Diligence de Desactivación debe revisar, asesorar, certificar y dar respuesta a cuestiones básicas como qué se ha desmantelado hasta el momento, qué está pendiente de cerrar y cómo se debe planificar el abandono definitivo de la infraestructura que quedará lista para su alquiler, venta o fusión y, lo que más importante, libre de cargas medioambientales. Todos estos puntos, no obstante, necesitan ser chequeados en una visita inicial y refrendados en una visita final.
WSP elabora Due Diligence de Desactivación para diferentes multinacionales relacionadas con la producción industrial.