Las actividades incluidas en este contrato tenían como objeto el diagnóstico del estado de la nueva Línea de Alta Velocidad Lleida- Barcelona y la detección prematura de deficiencias, antes de que éstas puedan incidir en la explotación de la infraestructura. La Línea Lleida-Barcelona, que concluye la conexión ferroviaria de alta velocidad entre Barcelona y Madrid, tiene una longitud de 189,9 km y cuenta con 59 viaductos y 33 túneles. Se realizó una fase de planificación de los trabajos, recopilando y organizando la información, que se distribuyó entre los equipos temáticos.
Se pasó al estudio y análisis de esa información, lo que sirvió para planificar la inspección in situ de cada tramo. La segunda fase del trabajo se dedicó a la inspección en campo del estado actual de la nueva línea de alta velocidad, con lo que se detectaron patologías potenciales, permitiendo establecer medidas correctoras. Esta inspección se realizó mediante fichas modelo. Este reconocimiento visual tuvo muy en cuenta las principales estructuras. Los resultados del proceso de consultoría y auditoría se recopilaron en una serie de informes que se elaboraron al final de cada una de las etapas del contrato.
En estos informes se valoró el estado de plataforma y se propusieron medidas de mantenimiento o actuaciones de conservación para mejorar su estado. Por último, se elaboró un informe en el que se recopiló, coordinó e integró la información generada, las principales deficiencias y las propuestas de actuación.