El nuevo Puente de la Gaznata salva el paso sobre un brazo del Embalse del Burguillo, correspondiente al valle del arroyo de La Gaznata. Se sitúa en las inmediaciones del puente actual (proyectado por Eugenio Ribera en los años veinte) y tiene el objetivo de mejorar la seguridad vial en ese tramo.
La tipología del puente es la de un pórtico hiperestático de tres vanos, con un vano central de 120 m y dos vanos laterales de 40 m y 50 m. Además, el vano central se divide a su vez en tres tramos: dos tramos laterales de hormigón pretensado de 39 m de longitud con canto variable, y un tramo central de cajón mixto de canto constante.
Las peculiares características del puente, condicionantes externos y su propia ubicación sobre el embalse, han hecho que la construcción se haya llevado a cabo mediante tres procedimientos de construcción distintos; los vanos laterales han sido construidos mediante cimbra porticada, los tramos de hormigón del vano central mediante avance en voladizo y el tramo central, en cajón mixto, se fondeó en el embalse y posteriormente, fue izado hasta su posición definitiva.
La combinación de estas tipologías y tecnologías de construcción en una sola estructura no es habitual. La implicación y empeño de todas las partes involucradas en esta obra han permitido que el pasado 29 de noviembre de 2019 se abriera al tráfico un puente que supone una notable mejora en la movilidad y seguridad para los más de 5.000 usuarios que circulan a diario por este puente.