Los túneles y las obras subterráneas son elementos esenciales tanto para el desarrollo de los grandes ejes de comunicación interurbana, acortando distancias y mejorando las condiciones de servicio, como para el desarrollo adecuado de nuestras ciudades gracias a la generación y liberalización de nuevos espacios públicos.
Sin embargo, la elevada inversión necesaria para su puesta en servicio junto con las incertidumbres propias de su diseño y ejecución siguen haciendo que, en ocasiones y a pesar de los avances tecnológicos ya alcanzados, el desarrollo de soluciones soterradas siga generando reticencias en algunos gestores de infraestructuras.
La implementación de metodologías de gestión de riesgos no son una práctica novedosa en el sector de infraestructuras a nivel internacional, pero su aplicación y divulgación adecuada cobra una especial relevancia cuando gestionamos proyectos de túneles y obras subterráneas.
De este modo, la identificación de los riesgos potenciales, la cuantificación de su impacto en coste o plazo y la implementación de las medidas de mitigación para una mejor gestión y administración del proyecto traslada al gestor de la infraestructura un entorno de trabajo transparente que le permite disponer de:
- Una planificación realista del coste y el plazo de ejecución.
- Una gestión del proyecto orientada a los eventos que pueden suponer un riesgo y a las medidas de mitigación necesarias.
- Una distribución adecuada y concreta de las responsabilidades sobre los riesgos detectados.
- Un proceso de toma de decisiones objetivas de acuerdo con los escenarios evaluados.
- Un plan de seguimiento, monitorización y aplicación de lecciones aprendidas sobre los riesgos definidos.
Este método de trabajo y el entorno trasparente construido en base a la gestión de los riesgos ha de perdurar durante todas las etapas del ciclo de vida del proyecto:
- Prediseño y Diseño: estableciendo la política inicial de riesgos, los criterios de aceptación e introduciendo en el diseño medidas para el control de estos.
- Licitación: considerando la gestión de riesgos en la redacción de los pliegos y en la valoración de las ofertas.
- Construcción: coordinando activamente con el contratista la adecuada administración de los riesgos.
- Explotación y mantenimiento: incorporando la monitorización de los riesgos en el mantenimiento predictivo de los túneles.
La herramienta básica para el seguimiento continuo de esta metodología durante todas las fases anteriormente descritas es la matriz de riesgos. Su uso permite identificar cualitativamente y documentar los posibles eventos que contribuyen a incidentes, accidentes, retrasos o sobrecostes del túnel. Estos peligros, y sus potenciales medidas de mitigación, quedan registrados en esta matriz inicial, que es un documento “vivo” que se debe transferir y administrar durante todo el ciclo de vida del túnel.
Cada riesgo identificado se evalúa en función de sus potenciales consecuencias completándose análisis cualitativos y cuantitativos más exhaustivos en aquellos casos donde los impactos en coste y plazo sean mayores. En el caso de los riesgos más severos cobran especial relevancia los análisis cuantitativos coste/beneficio para la implementación de las medidas de mitigación. Estos análisis permiten considerar los riesgos más relevantes como variables estadísticas, asignándoles sus propias funciones de probabilidad y permitiendo a los técnicos y gestores un seguimiento y monitorización objetiva de los mismos durante las distintas fases de desarrollo del proyecto.
Como ejemplo, algunos de los riesgos más relevantes que actualmente evaluamos y monitorizamos cuantitativamente en el desarrollo de nuestros proyectos son:
- Variación en las condiciones del terreno. Cuando el terreno en el que se construirá el túnel resulta peor de lo esperado, el proyecto derivará en incrementos de costes, disputas y plazos de construcción más dilatados de los planificados. El perfil geotécnico – constructivo del túnel es una línea base de referencia que además debe contemplar posibles variaciones en las previsiones, así como contribuir a identificar los riesgos geotécnicos y los sectores críticos para el desarrollo del túnel.
- Adecuación del diseño inicial de los sostenimientos. Todos los diseños deben incluir un análisis de sensibilidad que evalúe el efecto sobre los resultados y factores de seguridad de posibles variaciones en los parámetros, en las tolerancias de construcción, y en las hipótesis geotécnicas consideradas. Estos análisis permiten una toma decisiones más objetivas en el diseño y la implementación de medidas de mitigación.
- Comportamiento a largo plazo de los sostenimientos. Deben considerarse las potenciales pérdidas de propiedades por la alteración del terreno y la degradación de los elementos de sostenimiento. Esto generará diseños más robustos, fiables y resilientes.
- Impactos del túnel sobre otras infraestructuras y edificios. Tanto a corto como a largo plazo en importante considerar como parte de este análisis los resultados de las dos variables reseñadas en los dos puntos anteriores.
Finalmente, es obligatorio un seguimiento y monitorización del comportamiento real del túnel, para controlar que la evolución de estos riesgos se produce de acuerdo con los parámetros previstos en todas las fases del proyecto y, en caso de detectar discrepancias, analizar el origen de éstas e incorporar las medidas de corrección adecuadas.
Esta monitorización debe mantenerse tanto en fase de construcción como durante la puesta en servicio. El seguimiento de estos sistemas durante la explotación de las obras contribuye activamente y de manera fundamental al mantenimiento predictivo y a la optimización de los costes de operación del túnel.
Las incertidumbres en los túneles y obras subterráneas no pueden evitarse, pero sí se pueden mitigar sus consecuencias, y los impactos en los costes y plazos de ejecución, incorporando en los proyectos de túneles una metodología sistemática para la identificación, evaluación y planificación de los riesgos. La aplicación de esta metodología como un proceso dinámico y transparente de seguimiento y monitorización de los riesgos durante todas las etapas del ciclo de vida del túnel debe ayudar no solo a la toma de decisiones de los técnicos sino a la generación de una confianza mayor en este tipo de obras por parte de los gestores de las propias infraestructuras.