Nuestra simple estancia en espacios comunes es actualmente percibida como un factor de riesgo para la propagación y el contagio de la enfermedad. La recuperación de la confianza de los ciudadanos en el uso seguro de esos entornos comunes va a ser uno de los factores clave en el relanzamiento de la economía, en especial en los sectores turístico y de servicios en la era #POSTCOVID.
Sin embargo, el cumplimiento de las directrices operativas que deben seguirse para el uso de establecimientos de espacio reducido o de áreas comunes de instalaciones de gran aforo no es fácilmente comprobable por el usuario y la percepción del riesgo es, por su naturaleza, un concepto subjetivo difícilmente estandarizable.
Por tanto, es necesaria la implementación urgente de programas que permitan a los usuarios identificar de forma rápida aquellos establecimientos y espacios que han sido gestionados eficazmente y de manera compatible con las medidas sanitarias vigentes, y que por tanto, son seguros y gozan de absoluta confianza para su uso.
En esta línea, el mercado parece haberse decantado por el desarrollo e implementación de diversos sellos de cumplimiento de buenas prácticas operativas que, bajo diferentes definiciones como COVIDFREE o COVIDSAFE permiten al usuario verificar en un solo vistazo que el establecimiento visitado ha pasado determinados controles sobre sus buenas prácticas en el control de la pandemia.
Estos programas incluyen la definición explícita de las prácticas operativas para cada establecimiento, un calendario de comprobación y testeo de las acciones específicas llevadas a cabo, un plan de auditorías propio o externo y por supuesto un plan de comunicación, información y trasparencia que permita al usuario conocer de primera mano las acciones llevadas a cabo para proteger su salud.
En esta línea, las grandes empresas del sector turístico ya están desarrollando, asesoradas por compañías consultoras como WSP, sus propios programas con el fin de trasmitir a sus clientes las medidas adoptadas y generar la confianza necesaria para recuperar el consumo. Análogamente, las principales empresas certificadoras ya están ofreciendo sus servicios para dotar de mayor seriedad y oficialidad a estos programas y sellos internos.
Siguiendo esta estela, es muy importante que los organismos públicos, en especial los Gobiernos Autonómicos y los Ayuntamientos, así como las empresas públicas de promoción turística y las asociaciones sectoriales emprendan programas similares que permitan la adhesión a los mismos de pequeños y medianos empresarios que, por si mismos, no disponen de los medios técnicos y económicos necesarios para el desarrollo de programas individualizados. La involucración rápida y directa de los organismos citados como canalizadores de estas acciones encaminadas a regenerar la confianza del consumidor será un factor clave para una más rápida recuperación de uno de los sectores clave de nuestra economía.